Masaje consciente

El masaje consciente por parte del que lo recibe y el que lo da, permite al receptor darse cuenta de cómo está su cuerpo y hacerse responsable de las tensiones producidas desde la mente (pensamientos que generan emociones).

En éste caso, conciencia es estar presente desde la respiración y el contacto con el sentir. Poner atención en el tacto con los ojos cerrados es una experiencia de unidad y conexión de lo interno y lo externo.

El que da se conecta con la necesidad del otro. Hay una intención de relajar desbloqueando nudos y tensiones, y hay un fluir de la técnica con la necesidad del momento que permite ir directa al foco del dolor.

El receptor solo se entrega, respira y suelta. La inercia es protegerse tensionando todo el cuerpo.  La exhalación ( acompañada de una intención) es la herramienta más poderosa para liberar esa oposición a fluir. La voz ayuda a expresar y sacar todo lo que se ha estancado.

El cuerpo es un reflejo del subconsciente. Nuestras células guardan la información de esos momentos de estrés que no hemos sabido gestionar. Queda bloqueada una emoción a la que no se le dio voz.

Hay tres letras que ayudan especialmente a soltar, ya que nuestro cuerpo le dice al subconsciente que « todo está bien», que ahora es el momento de dar salida al sufrimiento de sostener ese dolor.

La M nos sugiere placer. Inhalar profundamente llevando el aire al abdomen o diafragma, y exhalar con el sonido «mmmmm», nos proporciona una sensación de seguridad y tranquilidad. Es como si nos dijéramos: » estoy aquí contigo, tranquil@».

La H es como un suspiro de alivio. Como diciendo,» ya pasó».

Y la A es apertura del corazón.

Si juntamos la H y la A,  le estamos diciendo a nuestra mente: «¡Qué a gusto! ¡qué bien estoy!, me estoy dando lo que necesito».

Así que la respiración profunda, exhalando con la boca abierta y desde el abdomen, ayuda a soltar todo el cuerpo.

Eta técnica hace que el receptor del masaje no sea «paciente» pasivo. En el momento de máxima tensión puede ayudar a transformar el dolor en liberación y descanso.

Ahí está la toma de conciencia: es uno mismo quien se tensa y quien se libera.

Es cuestión de cómo afrontamos lo que nos viene. ¿Estamos dispuestos a aceptar lo que nos viene y dejar que nos atraviese sintiéndolo plenamente?

Así se puede recoger la enseñanza de las experiencias con resiliencia.

El masaje consciente nos trae el regalo de conectar hemisferios, dejar libre el camino al sentir de las emociones.

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